«Currents»-First Listening

«Currents» es el nombre del nuevo álbum de la agrupación australiana Tame Impala, que tiene al mundo de los amantes de la música independiente y el rock psicodélico a la expectativa y ansioso por su salida anunciada el próximo 17 de julio.

Y es que no es para menos ya que desde hace un par de meses el pronóstico de que se venía uno de los trabajos más importantes de Kevin Parker y sus secuaces se encontraba latente, debido a que los tracks que daban a conocer por adelantado, prometían un excelente panorama.

Primero fue «Let it happen», una canción de más de 7 minutos que dejaba entrever que el niño prodigio de Perth no dejaría por la paz las voces agudas, moduladas con excesivo reverb y vocoder, ni los arreglos ácidos en las teclas y cuerdas.

Un opening premonitorio de cambios y nuevas oportunidades, en donde la filosofía es dejar que las cosas fluyan, vencer las voces que obstaculizan el camino y simplemente dejar que suceda.

Posterior a este primer release, pudimos conocer «Disciples», «Eventually», «Cause I´m a Man» y, hasta hace un par de días, «Nangs», canción que podemos escuchar de fondo en el teaser del «in the making» del álbum. En este video se muestran imágenes de algunas presentaciones en vivo de la banda pero principalmente, apuntan al inevitable protagonismo de Parker, no sólo a nivel de marketing o de front man, sino en la composición, producción e incluso ejecución de casi todos los instrumentos del disco y en todo el proceso creativo.

A grandes rasgos, se trata de un álbum dedicado al amor, las relaciones afectivas y el proceso que se vive en y posterior a ellas. Un disco lleno de «baladas psicodélicas», que más que contar lo complicado de una ruptura, apuntan a una introspección del sujeto; un aprendizaje obtenido que se materializa en canciones para reforzar las lecciones y conclusiones para mejorar o simplemente para aceptar los cambios y los objetivos para encontrar una plenitud personal.

Un amor envuelto en melodías pop, capas y capas de ondas de sintetizadores análogos, atmósferas hipnotizantes y riffs de guitarra y bajos acentuados y bastante persistentes.

Tal es el caso de «Eventually«, una utopía discursiva que describe o emula una ruptura y la decisión por alejarse de ella en pos de la felicidad propia y de su pareja; o «Cause I´m a Man», la confesión sensata y súbita del comportamiento irracional y descontrolada del género masculino.

A la mitad del disco nos encontramos con «Past Life», uno de los temas más interesantes a mi parecer. Un testimonio narrado por una voz extremadamente grave, alterada modularmente, que describe su encuentro con una amante de una vida pasada que irrumpe en su rutina diaria. Una imagen bizarra y surreal que induce el shock al protagonista y lo somete a una regresión que lo orilla a reflexionar en los posibles escenarios de su relación y la abrupta e inevitable experiencia del reencuentro. Y al final, evidentemente, sucumbe a la tentación de llamarla…

Podríamos llevarnos varios párrafos desmenuzando track por track pero esa tarea se las dejaremos a ustedes.

Lo que es un hecho es que la madurez y creatividad de esta banda es incuestionable. «Currents» no sólo es un refuerzo de que Tame Impala es hoy por hoy una de las bandas de Rock psicodélico más importantes mundialmente, sino que también ha logrado traer a la vida a un género que había quedado empolvado en los 70´s, e incluso lo ha llevado a un nuevo nivel.

No cabe duda de que habrá que seguir muy de cerca a Kevin Parker, un personaje que disco a disco muestra evolución y proposición en terrenos que, si bien estaban ya bastante explorados, siguen teniendo mucha tela de donde cortar. Evolución de la que presume estar consciente o eso nos hace pensar cuando canta «Yes I´m Older, Yes I´m Moving On, And If You Think Is a Crime You Can Come Along» en la canción «Yes I´m Changing».

Parker no escatima en detalles, basta con escuchar cualquier canción de este nuevo disco para darse cuenta de su obsesión por grabar layers de instrumentos, voces, chasquidos, aplausos, sonidos envolventes, guitarras con delay, variaciones, sonidos ambientales, teclados vibrantes e hipnotizantes, y cuantas más cosas se le puedan ocurrir. La construcción de un nuevo súper héroe del Rock con poderes psicodélicos en sus manos parece haber comenzado.

Una obra completa de pies a cabeza que dará mucho de que hablar en los siguientes meses y que seguramente se posicionará como uno de los mejores albums del 2015.

Drones First Listening

Siempre que se avecina el lanzamiento de un nuevo disco de una banda consagrada a nivel mundial, el ambiente se tensa y la expectativa empieza a elevarse al pasar los días para su salida.

Hace poco tiempo, Muse lanzó «Drones» y haciendo un pequeño «box populli» con mis amigos (todos fans de muse por supuesto) la opinión general es: pudo haber estado mejor.

Los noto inconformes, pero ¿de dónde se genera esta vacuidad e insatisfacción? Creo yo que parte de varios puntos.

1.- Muse nos tenía acostumbrados a grandes cosas anteriormente.

«No innovaron», el comentario del millón, el de aquél ávido melómano que busca el hilo negro, las notas perdidas, la magia de la música. Pero es real. Tras haber escuchado el disco por primera vez, no me queda más que reconocer que es un collage de todo lo que ya venían haciendo antes. Y el decir esto nos lleva a aceptar que es un gran disco, si lo hubiera sacado otra banda y no ellos.

2.- La inmediatez de la industria musical.

Antes, una banda no anunciaba un nuevo disco, lo lanzaba y listo, uno lo compraba y lo escuchaba de «pe a pa» en su discman, en su estereo o lo que fuera. Te lo recetabas completito, en un ritual casi místico y aunque otros piensen lo contrario, considero que el hecho de que saquen canción por canción, con todo y su dichoso «lyric video» no hace más que bajarnos esa emoción con la que antes añorábamos y celebrabamos la salida de un disco nuevo. Y hace también que empecemos a juzgar de manera individual todo un concepto musical.

Pero ahora, dado a que todos somos productores, críticos y expertos de música, no nos satisface nada. Queremos que Matthew Bellamy se convierta en un genio cada vez más y más grande. Como si su cerebro y manos fueran una fuente inagotable de perfección melódica, de composiciones magistrales y abundantes. Pues déjenme decirles que eso es prácticamente imposible, o al menos muy muy complicado. Al hablar de música yo siempre recurro a lo técnico, a los detalles en arreglos y la complejidad de las letras, y no porque yo sea bueno en ello, sino todo lo contrario. Me cuesta tanto ensamblar dos partes de una composición (de lo más básica) que valoro demasiado cuando alguien lo hace a un nivel tan alto como Muse en sus discos anteriores.

Y es verdad, Drones está lleno de detalles, demasiados diría yo, y que terminan por caer en lo forzado. Pero detalles que ya habíamos escuchado disco a disco, en una formula repetida. Un pedazo de coros celestiales por aquí, otro poco de solitos de guitarra por acá, unos soniditos de arpeggio de sintetizador por acullá. Repito, la formula no es mala, es excelente, y en la mayoría de las cosas la estandarización es sinónimo de perfección…pero en la música no. Cuando la fórmula se repite la música pierde su encanto.

Es decir, pienso que más allá de ser un mal disco, considero que Muse jugó a lo seguro: electro pop con vocoders en los coros, riffs pesaditos, entre metaleros y rockeros, y Bellamy levantando y agudizando sus notas entre cada puente, explotando su capacidad vocal.

Nunca estaremos conformes cuando se trate de una banda tan grande como Muse; que si ya se clavaron con el rollo subversivo, y luego dejan de hacerlo y nos quejamos de que la música ya no critica ni incita al cuestionamiento. En este caso en particular yo apoyo completamente el hecho de que no quiten el dedo del renglón y sigan usando su música como una herramienta de crítica sistémica y bélica. Creo que eso ni en la música ni en el arte está demás.

Sabemos que son excelentes músicos, sabemos que Matthew es un dios de la guitarra, el piano y la voz; como también sabemos que Christopher es un bajista increíble, y este material es una confirmación de ello. Pero nada más.

Recuerdo que algún día un maestro de filosofía en la escuela me dijo: «lo que importa no es lo que sabes, sino qué sabes hacer con lo que sabes». No sé si esta frase quepa del todo en esta nota pero además de ser bastante dominguera creo que define muy bien mi opinión al respecto de «Drones». Será que a Muse se le acaban las ideas o simplemente se sientieron agusto con el sonido que ya habían alcanzado? De ser la segunda opción me parece una actitud válida, porque no se les ocurra salir con algo completamente diferente y jalado de los pelos y entonces no quiero ni pensar en los comentarios de la gente: «Muse ya no suena igual que antes». Inconformidad al máximo, todo el tiempo.

Pero bueno, lo cierto es que esto ni le restará fans  y seguirán llenando todos los lugares donde se presenten, así que más de lo mismo, en este caso, me parece que no le hace daño a nadie. Ojalá que pronto es trío Inglés nos vuelva a dejar boquiabiertos y a volar la cabeza como solían hacerlo, porque tienen para eso y mucho más.

Y a todo esto, ¿ya lo escucharon? ¿Ustedes que opinan?

The Dø at Schubas.

Shake-Shook-Shaken es el nombre del último material de la banda Francesa-Finlandesa The Dø, y la razón que los mantiene de gira en este momento por la parte norte del continente americano.

The do edit 5Foto: Golden Zebra

Esta semana tuve la oportunidad de verlos en vivo en «Shubas», un pequeño venue hermano del legendario Lincoln Hall en la ciudad de Chicago. Es curioso, ya que todo se dio de manera inesperada. De no haber sido por las largas charlas que sostengo con uno de mis compañeros de trabajo, en donde el tema principal es la música, jamás me habría enterado de que estaban por presentarse a unas cuadras de mi casa.

Durante este último mes he escuchado de manera incesante las sesiones de Pigalle de The Dø y tanto me atrapó su sonido que decidí compartirlo compulsivamente con mis conocidos y sobre todo en compartírselo a Martín, mi amigo y compañero de trabajo, quien disfruta el descubrir música nueva y sobre todo propuestas de sonidos diferentes. Ésta me pareció LA BANDA que mas encajaba en esos parámetros para recomendarle, así que lo hice y con la primer canción que le puse (Gonna Be Sick) quedó enganchado e hipnotizado por la voz de Olivia Bouyssou y el saxofón obsesivo de Dan Levy. Fue tal el impacto que Martín se dio a la tarea de buscar todos sus discos, videos y shows y se topó con la noticia de que estarían en Chicago en estas fechas, y para nuestra suerte en un venue en donde yo había trabajado antes.

Long story short, conseguimos acreditaciones y el show se puso mas o menos así:

The do edit 2Foto: Golden Zebra

The Dø es una banda de culto, poco conocida pero de mucha calidad, situación que genera que no se presenten en lugares grandes, pero sí que llenen todas las localidades en venues de capacidad mediana.

A pesar de no tratarse de un festival o una arena repleta, la concentración del trío franco-finlandés es absoluta, apenas ponen un pie en el escenario y el baterista comienza a calentar sus manos con las baquetas, golpeando cualquier superficie que le quede cerca; Dan, tecladista y compositor, menea la cabeza de un lado a otro, agita sus brazos para sacudir la tensión y Olivia permanece con los ojos cerrados, dando enormes bocanadas de aire, mismas que exhala al tiempo que emite notas de su garganta a un volumen casi imperceptible.

The do edit 10foto: Golden Zebra

Comienza el concierto y me doy cuenta de que la alineación de instrumentos es poco convencional: 1 batería eléctrica con 2 sintetizadores pequeños a un costado, el baterista permanece de pie, nada análogo, platillos, bombo y toms electrónicos; en lugar de tarola, 8 pads de Roland para tener aún más opciones de disparar efectos, instrumentos y secuencias. Al otro lado más Octopads, un sintetizador, un ipad y más instrumentos de percusión eléctrica; Al centro otro set de pads de Roland y una guitarra. 3 personas rodeadas de tecnología y con la capacidad suficiente de montar un show completo, aún prescindiendo de una batería análoga, bajo y guitarras.

The do edit 6foto: Golden Zebra

The Dø es una banda explosiva, rítmica y compleja, que busca el equilibrio adecuado entre una canción pegajosa y «bailable» pero que no escatima en detalles y arreglos complejos. A pesar de que sus temas se inclinan generalmente a líricas de amor, la manera de plasmarlo en las composiciones suele ser madura e ingeniosa, evitando caer en lo cursi, y para ello utilizan arreglos agresivos con los instrumentos.

El show de Olivia es intenso, teatral, dramático. Toma varios papeles canción a canción. Simula hacer posiciones de Kata de Tae Kwon Do como si golpeara a alguien; salta por todo el escenario con una mano sobre la cabeza, toma de la cara a los más cercanos al escenario, se comunica con el público y les transfiere toda la energía que emana, al grado de crear una sinergia total, haciéndolos cantar fragmentos de alguna canción. Presencia escénica y dominio de audiencia absoluto. Pero eso sí, ni una nota de su voz se desafina a pesar del vaivén que mantiene durante más de una hora de concierto.

The do edit 8 foto: Golden ZebraThe do edit 9foto: Golden Zebra

Todo fluye de manera natural entre los 3 músicos, se divierten ellos mismos con la fiesta que van montanto con cada canción y su tarea es invitar al público a ser parte de ella. Su precisión al ejecutar es casi perfecta, se comunican verbal y visualmente constantemente, están conectados.

The Do edit 1 foto: Golden ZebraThe do edit 11foto: Golden Zebra

Al final, y como buenos artistas de la escena indie, ellos mismos se encargan de guardar y recoger cables e instrumentos; piden un par de cervezas directamente a la barra del lugar, nada de backstage ni catering gratuito, convivencia por igual como todos los mortales.

Para aquellos que no estén familiarizados con la banda, acá les dejamos su nuevo disco completito, bastante ameno y con un electro pop muy fiestero.

«No Somos los Mismos»-Sierra León

Convicción, Sacrificio, dedicación, fuerza e inspiración. Conceptos que definen el nuevo material de la banda Nayarita, Sierra León, y que más allá de eso definen todo su trayecto como grupo, al mismo tiempo que describen un proceso colectivo del ser humano en la lucha por encontrarse, dar sentido a su actuar y lograr vencer el miedo a nuevos mundos y oportunidades.

SL

«No somos los mismos» es el primer track que anuncia la consolidación de una banda que ha dejado todo por lograr dejar huella en la música mexicana y en todos aquellos a los que puedan llegar. Una canción enérgica que apunta al movimiento, detalla la lucha constante por alcanzar objetivos y los obstáculos que podemos encontrar, seduciéndonos a declinar y abandonar el camino.

Groove hiperactivo, riffs imperantes y líricas cargadas de motivación y anhelo es lo que encontrarán a continuación en el nuevo sencillo de Sierra León, recomendada para todos aquellos que prefieren morir en el intento, antes de vivir encadenados.

Girls Can Rock!-Sarah Barthel (Phantogram)

Si a alguien debemos (o debo) agradecer por esta sección inspirada en en la belleza, talento, creatividad, poder, sensualidad y musicalidad del género femenino es a Sarah Barthel. Es gracias a ella que me di a la tarea de comenzar a buscar mujeres que lograran esta deliciosa combinación  de ingredientes que, al ser puestos todos juntos en un escenario, nos dan como resultado un orgasmo auditivo y un derroche visual.

Si ya conocen a su banda, Phantogram, sabrán de qué estoy hablando y para los que no, hoy les contaremos un poco de esta talentosísima y hermosa mujer y su proyecto musical.

Sarah inició su acercamiento a la música aprendiendo a tocar el saxofón y el piano a los 11 años, manteniendo el segundo como instrumento principal para acompañar su voz.

Después de vivir una infancia juntos en Nueva York y haber ido a la misma secundaria, Sarah y Josh Carter decidieron dejar atrás los juegos adolescentes y comenzar a hacer música, dando vida a un proyecto llamado Charlie Everywhere, que posteriormente mutaría a lo que hoy conocemos como Phantogram.

Dos años bastaron para que el dúo fuera capaz de armar y producir su primer álbum que los daría a conocer en Europa y América en 2009: «Eyelid Movies».

Este disco demostró que los neoyorquinos estaban dispuestos a proponer una apuesta auditiva nueva, agresiva y completamente fuera de la categorías musicales hasta la fecha. Una aleación de sonidos que apunta hacia el phsychedelic pop, que se sustenta en los beat drums y el ritmo del hip hop; toma carácter y cadencia en riffs de rock y se define con la voz mística y oscura pero a la vez potente y educada de Sarah Barthel.

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(Foto: Golden Zebra)

El «juego» de Phantogram es complejo, ya que su sonido está ahogado en tecnología además de instrumentos convencionales, lo que hace que presenten una fuerza descomunal en sus presentaciones live y un sin fin de arreglos y detalles en las baterías, loops, voces en delay y samplers en sus discos de estudio. Es increíble pensar que sean sólo dos personas las que están tocando en los discos ya que se pueden percibir miles de instrumentos en éstos. Actualmente, la banda toca con dos músicos invitados, así que si antes sonaban sólido, ya se imaginaran como detonan el escenario ahora que cuentan con apoyo en batería y pads, entre otros juguetitos.

Barthel es sensualidad andando. El equilibrio de su voz limpia y la agresividad de sus arreglos oscuros en el sintetizador logra que sus canciones sean muy rítmicas y agradables al oído. Considero que ha logrado a través de sus líricas posicionar el tema del amor/desamor, común en la música, en un plano distinto, menos meloso y más reflexivo.

Además de excelente músico, Sarah es una «FrontGirl» nata. He tenido la oportunidad de ver dos shows en vivo y esta chica simplemente no para. Su cuerpo y su cabello no dejan de moverse agresivamente durante todo el concierto, al mismo tiempo que dispara secuencias de su sintetizador, toca arpeggios en el piano y separa completamente sus labios para cantar impetuosamente. Sensualidad y talento puro.

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(Foto:Golden Zebra)

La banda cuenta además con dos EP’s:» Nightlife» y «Phantogram». Además de su más reciente Long Play, «Voices», que los ha mantenido en tour durante los últimos dos años y los ha traído a México en dos ocasiones y presentándose en grandes festivales como Coachella y Lollapalooza.

Esperamos que el poder femenino nos siga trayendo joyas hermosas visual y musicalmente hablando, como Sarita.

Acá les dejamos unos video y su más reciente material.

When I´m Small, video con el que los conocí y me atraparon.

Presentación Live en KEXP

EP «Voices»

Mew «+ -» First Listening

Mew +-

El día de ayer tuve la oportunidad de escuchar el nuevo disco de Mew ‘+ -‘ (Plus minus), uno de los discos que estuve esperando durante 6 años y que por fin tuve el privilegio de disfrutar.

He sido un gran fan de Mew desde su primer disco, son una banda que maneja muy buenas combinaciones entre sus ritmos, melodías y armonías y que si bien se puede considerar rock alternativo también presenta pequeños tintes de rock progresivo. Una banda altamente recomendable.

Recuerdo que cuando salió “No more stories are told today i’m sorry they washed away” este se convirtió inmediatamente en uno de mis favoritos con grandes temas como Introducing palace players y Repeaterbeater. Y la verdad es que con este nuevo disco ‘+-‘ me he vuelto a enamorar, no da para menos, se nota que mis daneses preferidos se toman su tiempo para producir música de calidad. Un disco bonito, tranquilo y armónico con ciertos momentos de mayor intensidad, una verdadera joya.

El disco estará disponible el lunes 27 de abril por los medios de distribución digital habituales para que lo compren y apoyen a la banda. Pero por lo pronto les dejamos un enlace al first listen de este maravilloso disco para que los conozcan y nos compartan su opinión.

http://www.xpn.org/music-artist/npr-music/first-listen?flid=399615381

Tracklist:

01. Satellites

02. Witness

03. The Night Believer

04. Making Friends

05. Clinging to a Bad Dream

06. My Complications

07. Water Slides

08. Interview the Girls

09. Rows

10. Cross the River on Your Own

Los videos:

Dejen sus comentarios y correos en los comentarios y podrán recibir una pequeña sorpresa.

Peace.

E.

Mind-blowing soundtracks!

Hay películas que simplemente no tendrían el mismo impacto o incluso el mismo sentido, de no ser por el increíble complemento auditivo que poseen. El maravilloso poder de los soundtracks, para muchos irrelevante pero para nadie imperceptible, suele dar intención a lo que vemos en los largometrajes, llenar de pasión o tensión una toma. Llevarnos a un estado en el que sea imposible ser ajeno a lo que estamos percibiendo, nos introduce a la acción que se desarrolla en la pantalla.

Las curadurías o selecciones musicales suelen ser geniales en su mayoría, es decir, cuando simplemente se añaden temas que existían previamente, a una secuencia visual. Sin embargo el gran trabajo viene cuando un artista, o un conjunto de éstos, se reúnen con la finalidad de elaborar una producción auditiva exclusiva, para sonorizar una película. Estos últimos 5 años hemos sido testigos de muchos ejemplos de buenos soundtracks y es por ello que decidimos hacer un pequeño listado de nuestros favoritos.

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1.- Ex_Machina (2015)

Ciencia ficción, androides, e inteligencia artificial, todo esto, aderezado con la fineza musical del productor Geoffrey Barrow, una de las mentes maestras detrás de Portishead, haciendo mancuerna por segunda ocasión con Ben Salisbury. Un film que no podemos dejar pasar y que estará disponible en las salas a partir de este viernes. Mientras eso ocurre, échenle una oreja al soundtrack.

https://www.youtube.com/channel/UC9BlvWrGOLWD_eXOT7HqS8Q

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2.- Frank (2014)

Si decides hacer una película sobre una banda, más vale que la música de ésta sea increíble, y más, cuando se trata de una agrupación tan bizarra y original como «The Soronprfbs». El compositor Stephen Rennicks, logra dar vida al incomprensible sonido de una banda liderada por un sujeto que vive bajo una enorme cabeza de piñata. Usando sonidos «galácticos» como el theremin, moogs y letras que parecen elegidas al azar, la banda logra hacernos partícipes de su vida como músicos espontáneos a los que poco les importa la fama, sino que buscan crear una conexión entre ellos y su entorno y liberar sus demonios a través de recursos bastante experimentales.

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3.- Gone Girl (2014)

Ah, qué sería de los actos psicóticos, las escenas sangrientas y el juego dramático de pistas de Amazing Amy, sin el trastornado y punzante terror auditivo creado por Trent Reznor y Atticus Ross. Este equipo que ya ha participado y ganado dos Óscares consecutivos con David Fincher, en otras películas como «The Social Network» y «The Girl With The Dragon Tattoo», lleva la tensión de la historia a otro nivel de percepción con composiciones ansiosas y frenéticas que crecen a la par de la locura de la protagonista.

4.- Interestellar (2014)

Los invitamos a que vuelvan a ver esta grandiosa película, pero ahora poniendo total atención a la música. Y es que el trabajo de Hans Zimmer es simplemente exquisito. La película maneja diversos cambios de tiempos, dependiendo en el espacio orbital en el que se encuentran, en ocasiones el tiempo pasa más rápido y otras más lento. Esta intención rítmica es marcada a su vez por las canciones de Zimmer quienes actúan como guiños para sugerir al espectador que la acción se desarrolla en tiempos diferentes a los acostumbrados en la tierra. Una orquesta fantástica que se vale de melodías oscilantes y ritmos minimalistas, tan bellos, que nos incitan a creer que éstos son los sonidos naturales del Espacio.

5.- Her (2013)

Un film de ciencia ficción de Spike Jonz que se siente cada vez más tangible y real en nuestros días. El romance entre un hombre y su Sistema Operativo, musicalizado por Arcade Fire y Owen Pallet. Composiciones que permiten equilibrar un ambiente futurista y romántico y se ve permeado por recursos de ambas índoles. Por un lado la dulzura y armonía de violines,flautas y guitarras acústicas, que se ven invadidos por la resonancia de loops de sintetizadores y beatboxes suaves, como en «suppersymmetry» y  «Porno», ambas canciones que se encuentran también en el álbum «Reflektor» de Arcade Fire y que fueron compuestas originalmente para la película.

Y ustedes, ¿Qué otro Soundtrack agregarían a la lista?

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Big Data @Lincoln Hall

La tecnología poco a poco va apoderándose de nuestra vida cotidiana. Cada día nos volvemos más dependientes de los nuevos gadgets, smartphones o cualquier otro artefacto que facilite nuestra entrada al espacio virtual y nos mantenga por siempre conectados. Si aún no tenemos dispositivos dentro de las extremidades o nano pantallas en los ojos, es tan sólo cuestión de tiempo.

Esta interacción post moderna afecta directamente el ambiente musical en todos sentidos. Desde softwares para la creación, grabación y producción de canciones, hasta nuevas redes sociales y aplicaciones para dar a conocer un proyecto musical.

Big Data al igual que todos nosotros, está consciente de los fenómenos de interacción entre humano y máquina y por ello todo su concepto se desarrolla alrededor de esta simbiosis. A pesar de que yo conocía la propuesta en teoría sonora del proyecto de Alan Wilkis, no sabía que esperar antes de entrar a su show

En primer lugar, desconocía que era una banda entera, yo me imaginaba un par de vocalistas y toda la instrumentación secuenciada, tal vez con algunos sintes de apoyo. Error. Big Data es ya una banda completa. Batería, bajo, guitarra, teclados, secuencias, caja de ritmos, y no uno sino dos vocalistas: Alan Wilkis y Lizy Ryan, quien cubre la función de todos los vocalistas invitados en las grabaciones oficiales del disco.

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La alegoría tecnológica va más allá de las líricas de las canciones durante el show, ya que, desde el inicio, la presentación no está dirigida por los artistas sino por una voz semi robotizada, disparada desde un controlador. Una especie de Siri que da la bienvenida a los asistentes y simula controlar las acciones de los músicos.

Durante el show, este «personaje» tenía varias participaciones en bloques intermedios entre las canciones. Uno de ellos pedía a la gente «realizar la extraña acción narcisista que conocemos como selfie» volteando hacia el escenario para tomar una fotografía con los miembros de la banda. Otra de sus intervenciones fue al final del concierto, cuando la banda se despidió, la grabación pidió al público aplaudir frenéticamente mientras la banda pretendía que no iba a volver al escenario a pesar de que todos saben que había una o dos canciones más, el momento que conocemos los humanos como «encore».

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Un show montado a la perfección, pero lo mejor de todo creo yo, es la fuerza con la que interpretan sus temas. A pesar de tener solo un E.P y un disco recién lanzado en febrero, «2.0», la banda suena completamente amarrada. Una fusión de Rock con música electrónica y bajos llenos de fuzz y distor dan enorme potencia y vida a lo que Wilkis llama «paranoid electonic music». El dinamismo y sensualidad de Lizy Ryan roba casi la atención completa del público mientras danza y se desplaza por todo el escenario.

Big Data estará la mitad del año de gira por Estados Unidos, y, dada la calidad de su música, nuevo material y show en vivo, no dudaría verlos en los carteles de festivales enormes en los próximos meses, predicando la inminente transformación cyborg a la que vamos acercándonos a cada segundo.

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Para los que no tengan el gusto de conocerlos, acá les dejamos su primer sencillo «Dangerous»

Acá su último lanzamiento: «2.0»

Girls Can Rock!-St.Vincent

La primera vez que escuché a Annie Clark, mejor conocida como St. Vincent, quedé boquiabierto. Me maravilló un arpeggio de guitarra que sonaba en los versos de una de sus canciones; yo no sabía para entonces si se trataba de una banda, mucho menos de que hubiera una mujer en ella, o si era un proyecto solista. «Está increíble ese arreglo de guitarra», le comenté a Diego, un compañero de la Universidad al que le agradezco esta y muchas otras recomendaciones musicales. «Es St. Vincent, esta chica toca la guitarra, canta y produce toda su música ella sola», respondió. No podía creerlo, la ejecución de los arreglos instrumentales era finísima y a la vez muy compleja, y, aunado a esto la chica podía cantar al mismo tiempo.

6 años han pasado desde aquella reunión en mi sala, y desde entonces he tenido a bien escuchar recurrentemente toda la obra de St. VIncent encontrando cada vez detalles sutiles dentro de sus discos, y me pregunto ¿Cómo llega alguien a este nivel de composición y ejecución? ¿Años de estudio? No. Lo increíble de esto es que Annie estuvo en Berkley estudiando música tan sólo tres años, y decidió abandonar la escuela porque considera que «uno comienza a hacer música cuando aprende a olvidar todo lo que ha aprendido antes». Me parece bastante divertido escuchar estos clichés de los músicos pero entre más analizo la trayectoria de los artistas y sus procesos creativos más frases como ésta encuentro de manera constante cuando les preguntan sobre su cosmovisión de la música: «Menos es más»; «back to basics», «aprender a olvidar lo aprendido».

Por otro lado, me queda claro  que la constancia es clave en este negocio, Clark sabía tocar la guitarra desde los 15 años, y no es casualidad, la familia también juega un rol fundamental en la educación y formación de los artistas. Desde pequeña fue acompañante y staff en las giras de sus tíos Tuck Andress y Patti Cathcart, un dúo de jazz conocido como Tuck and Patti. Fue aquí donde encontró una verdadera escuela. Montando escenarios desde los 12 años, teniendo instrumentos en sus manos como extensiones de su propio cuerpo. Son artistas como ella las que deciden perderse durante meses en lugares desolados para dejar fluir el talento; para crear obras majestuosas y conceptos enteros en lugar de crear éxitos aislados y desechables.

Ver la evolución disco a disco es impactante, desde sus canciones inspiradas en películas infantiles como El Mago de Oz o Blanca nieves, hasta su más reciente producción homónima a su stage name (St. Vincent) que la hizo merecedora al Grammy a Mejor disco de Rock alternativo el año pasado y que sin duda la catapultó al éxito y a los line ups de todos los festivales internacionales.

Rock de cámara, indie rock, jazz de cabaret son algunos labels que se le han dado a su música. Lo cierto es que nada puede describir mejor el sonido de St. Vincent mas que valorarla como música ingeniosa, creativa, inteligente, arreglos poco ortodoxos y fuera de lo convencional.

Aquellos que ya la conocen sabrán de lo que estoy hablando y, los que no, sean bienvenidos al mágico y hermoso mundo de una de mis artistas favoritas hasta el momento.

Aquí una presentación en vivo en el Festival de Pitchfork. Con Show coreográfico y todo.

Su más reciente Producción, «St. Vincent». Joya.